El Sevilla encara su sexto partido de la temporada con la intención de plasmar la evolución que su entrenador, Matías Almeyda, busca imprimir en el equipo. Bajo su dirección, el Sevilla ha comenzado a mostrar un estilo de juego caracterizado por una intensa presión alta, rápida circulación del balón, y alta intensidad en los duelos. Aunque aún queda trabajo por hacer en la defensa, Almeyda mantiene su enfoque en un planteamiento ambicioso para devolver protagonismo al equipo.
En esta ocasión, el Sevilla recibirá al Villarreal, un equipo que llega a este encuentro con complicaciones debido a las lesiones que afectan a hasta siete de sus jugadores, incluyendo figuras como Gerard Moreno, Juan Foyth y Ayoze Pérez. El técnico Marcelino deberá reorganizar su defensa y confiar en jugadores menos habituales para mantener el nivel de competencia, aunque la calidad del mediocampo sigue siendo un punto fuerte para los visitantes.
Después de semanas de ajustes, Almeyda podría optar por un Sevilla más equilibrado. La defensa, reforzada por Azpilicueta y guiada por el liderazgo de Nianzou, ha aumentado su agresividad. En el medio, la combinación de Batista Mendy y Agoumé ofrece fuerza y claridad, elementos cruciales para mantener la intensidad. En el ataque, Isaac Romero y Rubén Vargas surgen como los jugadores más peligrosos, complementados por el dinamismo de Ejuke. El plan es claro: un Sevilla presionante que busque acorralar al Villarreal.
Almeyda ha subrayado en varias ocasiones la importancia de “correr más que el rival”. La clave pasará por recuperar el balón en la parte alta del campo y evitar que el oponente se acomode, sin conceder espacios a sus espaldas, un error que les ha costado goles en encuentros anteriores. Para Almeyda, mantener la agresividad durante todo el partido es esencial.
A pesar de las múltiples bajas, el Villarreal no renunciará a competir. Marcelino tiende a preparar tácticamente a su equipo, sobre todo en partidos en estadios exigentes, asegurando una defensa sólida y disciplina táctica. Es previsible que el Villarreal busque disminuir el ritmo del juego y aprovechar las transiciones rápidas, apoyándose en la capacidad de Dani Parejo para distribuir el balón. Aunque su intensidad puede estar disminuida, el Villarreal recurrirá a su cohesión para intentar complicar el partido al Sevilla.
Este partido representa una oportunidad ideal para que el Sevilla recupere confianza. Con el apoyo de sus seguidores y enfrentando a un Villarreal mermado por lesiones, el equipo de Almeyda tiene la responsabilidad de avanzar. Con una defensa sólida y una intensidad sostenida, Sevilla puede construir una victoria que reafirme su proyecto. Para los locales, no hay margen de error: ganar es la única opción.