En un operativo militar llevado a cabo en el municipio de Navolato, Sinaloa, el Ejército Mexicano logró abatir a Jorge Humberto Figueroa Benítez, conocido como ‘El Perris’, quien era señalado como el jefe de seguridad del Cartel de Sinaloa. Esta acción fue anunciada por el secretario de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, a través de sus redes sociales el 3 de febrero de 2025. Durante el enfrentamiento, las fuerzas armadas enfrentaron un fuerte ataque por parte de hombres armados, obligándolas a actuar en defensa propia, lo que resultó en la muerte de Benítez.
‘El Perris’ había estado en la mira de las autoridades durante los últimos dos años y era buscado por cargos de tráfico de fentanilo en Estados Unidos, donde se ofrecía una recompensa de un millón de dólares por su captura. Reportes indican que Benítez había tomado las riendas de la seguridad del cartel tras la captura de su predecesor, Néstor Isidro Pérez Salas, alias ‘El Nini’.
Su relevancia en la narcotrafico se acentúa al ser identificado como uno de los principales autores del ‘Culiacanazo’ de 2019, un evento violento que desató el terror en Sinaloa tras la detención de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. García Harfuch destacó que Benítez era responsable de varios ataques contra las autoridades, lo que afectaba la paz en la región.
Con la muerte de ‘El Perris’, el Gobierno mexicano procura un golpe significativo contra el Cartel de Sinaloa, que atraviesa momentos difíciles tras el secuestro y entrega de Ismael Zambada, alias ‘El Mayo’, a las autoridades estadounidenses en 2024. A pesar de los avances, la organización criminal sigue operando, reflejando la complejidad de la guerra contra el narcotráfico en México.
Asimismo, el panorama del Cartel de Sinaloa ha cambiado considerablemente en los últimos años. Tras la arresto de varios de sus líderes, incluidos hijos de ‘El Chapo’, la lucha por el control dentro del cartel ha dejado a más de 1.000 muertos desde septiembre de 2024 en Sinaloa.
Esta situación presenta un rayo de esperanza para la administración actual, que enfrenta la tarea de restaurar el orden en un entorno marcado por la violencia y la criminalidad. Aunque el camino es aún largo y complicado, los esfuerzos de las autoridades están dirigidos hacia desmantelar esta poderosa organización criminal.