Catorce años atrás, la vicepresidenta Kamala Harris se preparó para una de las competencias electorales más reñidas en su carrera, una experiencia que ahora la fortalece ante las elecciones de 2024. En 2010, Harris se postuló por primera vez para el cargo de fiscal general de California, enfrentándose a Steve Cooley en una contienda que se definió por un estrecho margen.
En su libro “The Truths We Hold”, Harris recuerda cómo en la noche de las elecciones de 2010 se encontraba detrás en los resultados, con Cooley ya proclamándose vencedor. Sin embargo, tras un conteo de votos prolongado, Harris logró dar la vuelta a la situación y ganar la elección por menos de un punto, específicamente por la diferencia de tres votos en cada distrito.
Sus antiguos asesores están ponderando estos acontecimientos mientras se preparan para una posible carrera ajustada en las próximas elecciones. Un exasesor principal de Harris afirmó que la experiencia de 2010 recuerda la incertidumbre actual y la lucha que hay que mantener por cada voto, un valor que Harris comprende profundamente.
Además, se refleja una continuidad en sus tradiciones personales, ya que la noche electoral de 2010 la inauguró con una cena entre amigos y familiares, un ritual que planea repetir en la noche de las elecciones de 2024.
Este trasfondo histórico no solo muestra cómo las experiencias pueden moldear a los líderes, sino también la importancia de valorar cada voto y estar listo para lo inesperado en la política. A medida que se aproxima el día de las elecciones, la resiliencia y determinación de Harris pueden inspirar a otros a creer en el poder de cada voz en el proceso democrático.