Un trágico tiroteo en Guadalajara dejó un saldo devastador al cobrarse la vida de Alberto Prieto Valencia, un empresario del Mercado Abastos, su hija de 16 años y uno de sus guardaespaldas. El suceso, ocurrido el lunes en la mañana, generó una ola de miedo entre los residentes y trabajadores de la Colonia Santa Eduwiges y la Colonia Residencial Victoria.
Los hechos se desencadenaron cuando varios hombres armados se enfrentaron en un tiroteo que se prolongó por más de 15 minutos. La violencia del ataque resonó en la comunidad, que se ha visto afectada por un aumento en los crímenes relacionados con el narcotráfico y la delincuencia organizada en los últimos años. Este trágico incidente destaca no solo la inseguridad que impera en la región, sino también los riesgos que enfrentan los empresarios y sus familias en el contexto actual.
Las autoridades locales han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias del ataque y dar con los responsables. Mientras tanto, la comunidad llora la pérdida de vidas en un evento que debería haber sido una rutina diaria.
Este triste episodio resalta la necesidad urgente de abordar la violencia en diversas áreas de Guadalajara y otras ciudades afectadas por el crimen. Las autoridades y la sociedad civil deben unirse para crear un entorno más seguro y proteger tanto a los ciudadanos como a quienes contribuyen al desarrollo económico de la región.
