Cruz Azul se encontró en una situación complicada en el Estadio Caliente cuando apenas transcurrían cuatro minutos del partido. Un incidente inesperado ocurrió cuando el joven defensor, Jorge Rodarte, cometió una falta contra el delantero ecuatoriano Adonis Preciado. El árbitro, Jorge Abraham Camacho, decidió mostrar la tarjeta roja a Rodarte por un fuerte pisotón en lo que muchos consideran una medida severa.
La decisión del árbitro generó polémica y debate, especialmente después de revisar la jugada en el VAR y mantener su decisión inicial. Muchos expertos y aficionados del fútbol consideraron que la acción de Rodarte no merecía la expulsión, argumentando que el contacto fue resultado de la inercia de juego y no de una intención malintencionada. Fernando Guerrero, ex árbitro de la Liga MX y mundialista, opinó que fue un error arbitral, señalando que Preciado llegó tarde al espacio, lo que provocó la falta con Rodarte.
Esta decisión dejó al equipo cementero con diez hombres temprano en el encuentro, lo que complicó significativamente su desempeño en el partido. Además, esta sanción podría afectar el futuro inmediato de Rodarte en el equipo, ya que podría enfrentar tiempo en el banquillo debido a la desconfianza generada por la expulsión.
Es importante mencionar que este tipo de situaciones subrayan la necesidad de criterio equilibrado por parte de los árbitros, así como del uso adecuado de herramientas tecnológicas como el VAR, para garantizar que las sanciones en el campo de juego sean justas y objetivas. Este incidente resalta las emociones que el fútbol despierta y cómo las decisiones arbitrales pueden influir en el desarrollo de un partido y el futuro de los jugadores.