Kepa Amuchastegui, una de las figuras más destacadas y queridas del teatro, cine y televisión colombiana, falleció a los 83 años tras una lucha contra el cáncer de vejiga. Su legado artístico, que abarca más de cinco décadas, ha dejado una marca profunda en la identidad cultural de Colombia. Con un nombre que remite a sus raíces vascas, Amuchastegui se convirtió en un ícono a través de su labor como actor y director.
Su formación comenzó en la arquitectura en la Universidad de los Andes, pero su pasión por las artes escénicas lo llevó a estudiar actuación en la Université Internationale du Théâtre y en la Royal Shakespeare Company en Londres. A finales de los años sesenta, co-fundó el Teatro La Mama en Bogotá, un espacio que jugó un papel importante en el desarrollo teatral del país. Durante su carrera, dirigió numerosas obras, como “Baal” de Brecht y “¿Quién le teme a Virginia Woolf?” de Albee, mostrando una capacidad única para dar vida a personajes complejos.
Desde su debut en televisión como el inquisidor Mayorga en “La pezuña del diablo” en 1983, Amuchastegui se volvió un rostro familiar en la pantalla, participando en populares producciones como “Yo soy Betty, la fea” y “La reina de Indias y el conquistador”. Su talento también se reflejó en el cine, trabajando en películas significativas del país y en producciones internacionales como “Rebel Pope”, donde interpretó al Papa Francisco.
Amuchastegui no solo fue un actor consumado, sino también un educador comprometido con la enseñanza de nuevas generaciones y la promoción de un teatro crítico. Su enfoque artístico, siempre centrado en la dignidad de la palabra y la exploración del ser humano, lo resonará en el futuro del teatro y la actuación en Colombia. Su partida deja un vacío, pero su influencia perdurará en cada proyecto que toque el corazón y la mente de quienes continúan su legado.