Un crimen doble tuvo lugar la tarde del miércoles 17 de diciembre en Samanes, al norte de Guayaquil, dejando un impresionado eco en el mundo del fútbol ecuatoriano. Entre las víctimas se encontraba Mario Pineida, jugador del Barcelona Sporting Club, quien fue confirmado como fallecido por el propio club, que expresó su profundo pesar por la trágica noticia.
El ataque ocurrió en las cercanías de un local de productos cárnicos y también cobró la vida de una mujer, mientras que otra, presuntamente la madre del jugador, resultó herida. Este acto violento se produce solo horas después de que el presidente del club, Antonio Álvarez, revelara en una carta que uno de los jugadores había solicitado protección especial debido a “amenazas de muerte”, aunque no se mencionó su nombre.
La comunicación de Álvarez fue una reprimenda hacia los futbolistas de Barcelona, quienes decidieron no entrenar esa mañana por la falta de pagos, alegando que el club les debía cuatro meses de salarios. Además, el presidente hizo alusión a cambios en la plantilla para el próximo año, mencionando que varios jugadores que comportan de manera irresponsable no continuarían en el equipo, aludiendo a problemas de profesionalismo dentro y fuera del campo.
La muerte de Pineida se suma a una lista creciente de futbolistas que han sido asesinados en Ecuador durante este año. En un reciente luctuoso acontecimiento, el 5 de noviembre, Independiente del Valle lamentó el fallecimiento del joven Miguel Nazareno, de solo 16 años, quien fue víctima de la violencia en su hogar en Guayaquil. Otros incidentes trágicos incluyen los asesinatos de Maicol Valencia y Leandro Yépez, jugadores del Exapromo Costa, así como el de Jonathan González, un exjugador de renombre que fue baleado en Esmeraldas.
Este preocupante incremento de la violencia en el fútbol ecuatoriano resalta la necesidad urgente de medidas de seguridad para los deportistas y plantea un ambiente inquietante para el desarrollo del deporte en el país. La esperanza es que se concrete una respuesta institucional que proteja a los jugadores y fomente un entorno más seguro para el crecimiento del fútbol en Ecuador.
