El Club León se encuentra en una situación crítica de cara a su último partido del Torneo Apertura, que podría marcar un hito negativo en su historia. Tras una temporada llena de altibajos, el equipo guanajuatense ha sufrido una notable falta de rendimiento, incluso con la presencia del reconocido mediocampista James Rodríguez. Las estadísticas son preocupantes, con solo trece puntos acumulados hasta ahora, fruto de tres victorias, cuatro empates y nueve derrotas, además de una diferencia de goles adversa de dieciséis.
Para evitar establecer un récord indeseado, el Club León no solo necesitará vencer al Puebla el próximo sábado, 8 de noviembre, sino que requerirá una victoria por al menos once goles de diferencia. Este escenario parece poco probable, dado el desempeño inconsistente del equipo durante el torneo.
La falta de éxito deportivo reciente evoca recuerdos de las temporadas de 2013 y 2015, donde el club también enfrentó campañas desastrosas, culminando con solo 16 puntos cada una de esas ocasiones. En 2015, bajo la dirección del técnico Juan Antonio Pizzi, la defensa del equipo terminó con un saldo de cinco goles en contra. En 2013, bajo Gustavo Matosas, el saldo fue de cuatro goles en contra, lo que, aunque menos dramático, igualmente representa algunas de las marcas más bajas en la trayectoria del club.
Con la presión y la necesidad de los tres puntos, el encuentro contra Puebla tomará un significado especial, ya que podría ser la última oportunidad de James Rodríguez de jugar con la camiseta del León. A pesar de las adversidades, esta partida ofrece un rayo de esperanza para el equipo y sus seguidores, que aún anhelan un cierre memorable en una temporada que ha sido todo menos eso. Sin embargo, las probabilidades están en contra de ellos, lo que hace que la situación sea aún más desafiante.