Borja Iglesias, conocido delantero del Celta, ha destacado en el mundo del fútbol no solo por sus habilidades en el campo, sino también por su firme postura en temas sociales y políticos. En una reciente entrevista en el programa El Larguero, Iglesias habló elocuentemente sobre sus convicciones, que incluyen la defensa de los derechos LGTBI y su reacción al escándalo del beso de Luis Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso, que lo llevó a alejarse temporalmente de la Selección Española.
Iglesias ha comentado que su enfoque frente a estos temas no se basa en su afiliación política, sino en principios fundamentales como el respeto a los derechos humanos. Su disposición a manifestarse sobre estos asuntos ha contribuido a crear una imagen polarizante, con admiradores y críticos por igual. A pesar de las críticas recibidas por su estilo personal, que incluye llevar uñas pintadas o bolsos femeninos, el delantero se ha mostrado inflexible y decidido a no ocultar sus valores.
En la charla, Iglesias también reflexionó sobre su futuro después del fútbol, considerando la posibilidad de incursionar en los medios de comunicación. Se mostró impresionado por figuras como Álvaro Benito, a quien elogió por su capacidad de análisis y comunicación. “Igual lo pruebo, y me gusta, y me animo”, dijo en relación a una posible carrera en el periodismo deportivo, destacando el importante papel que los exfutbolistas pueden desempeñar en apoyar a los jugadores en la vida fuera del campo.
La actitud de Iglesias podría interpretarse como un aliento a otros deportistas para que se expresen libremente, convirtiéndose en un ejemplo de cómo los atletas pueden influir en cuestiones sociales a través de su plataforma. Su valentía para abordar temas difíciles, a pesar del potencial de controversia, pone de manifiesto un cambio en la forma en que los deportistas se relacionan con su papel en la sociedad contemporánea.
